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Sandra Micó Boró

Mamá emprendedora, empresaria e inversora apasionada por impulsar el éxito y el crecimiento personal de la mujer. 

Hace años creé el movimiento Queens for a Dream y, en 2020, nació la plataforma Mujeres del Nuevo Mundo, con consejos para mujeres emprendedoras por la necesidad de hacer un cambio en la forma de ver el mundo, un mundo que ya nunca jamás volvería a ser el mismo que antes.

Llevo desde el 2010 en el mundo del desarrollo personal y la espiritualidad, y desde el 2014 como emprendedora, aunque siempre he sido emprendedora en todos los ámbitos de mi vida.


He sabido empoderarme y salir adelante ante cualquier situación por muy difícil que me lo haya puesto la vida, o yo misma. Y puedo asegurarte que me he visto en situaciones muy complicadas, incluso perdiendo todo lo que tenía por malas decisiones de mi pasado.

A día de hoy, he ayudado a cientos de mujeres a empoderarse, olvidándose de sus inseguridades, sus miedos, sus bloqueos, sus indecisiones, su falta de autoestima y su culpabilidad. Han iniciado su propio camino hacia la libertad emocional, mental, física y económica.

Mi acompañamiento va enfocado a conseguir la transformación duradera de la mujer para que pueda emprender su propio negocio, sea dueña absoluta de su vida y deje el legado a sus hijos para que puedan liderar un mundo en conciencia.

Con más de 10 años de experiencia en el mundo del emprendimiento, me he convertido en Mentora de AutoTransformación, reconocida en áreas clave como el emprendimiento, la espiritualidad y el empoderamiento.

Estoy aquí para brindarte el apoyo y las herramientas necesarias, consejos para mujeres para que puedas encontrar el equilibrio entre tu vida personal y profesional.

Quiero ayudarte a alcanzar tu independencia personal, profesional y financiera, para que puedas ser feliz y ser un ejemplo inspirador para tus hijos.

EL ÉXITO ESTÁ EN TU ALMA

Todas las mujeres podemos brillar con luz propia y sentir el poder que tenemos dentro pero no nos lo creemos lo suficiente para romper nuestros propios límites y vivir la vida que siempre hemos soñado.

Algunas queremos emprender porque no sentimos que el sistema laboral actual nos ofrezca la libertad que merecemos para criar a nuestros hijos o tenemos la necesidad de ofrecer algo más al mundo.

El "problema" viene cuando no nos sentimos merecedoras de tener un negocio propio, no sabemos qué hacer o no ponemos la acción necesaria y abandonamos la idea.

Y pocas mujeres entienden que la conexión con la energía femenina que poseemos nos conecta al Universo para conseguir todo lo que nos proponemos. Dejando de hacer solo desde lo físico y empezando a usar el mundo "no visible" todo se alcanza.

Nadie dijo que fuera fácil pero puedo asegurar que es muy sencillo, solo les hace falta abrirse a escuchar algo que tal vez nunca han oído, han sentido o jamás se han planteado como posible. Después solo tienen que dejarse llevar hacia sus objetivos, sus sueños y la vida que siempre han deseado.

Si ha llegado la hora de colocar tus sueños y deseos en el centro de atención y ponerte como prioridad, y quieres que te acompañe en este apasionante viaje agenda tu Sesión de Enfoque para que podamos hablar sobre cómo puedo ayudarte a alcanzar tus objetivos y superar cualquier obstáculo que se interponga en tu camino.

Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para trabajar por los suyos

Esta frase de Steve Jobs representa claramente el espíritu de cualquier emprendedora que quiere ver sus sueños hechos realidad.

Pero, ¿una emprendedora nace o se hace? Creo que tenemos que tener un espíritu emprendedor, escuchar consejos para mujeres, porque emprender no es solo en el ámbito profesional, pero una vez que lo decidimos sí que tenemos que aprender a transitar un camino desconocido para convertirnos de verdad en emprendedoras. ¡No es fácil pero sí sencillo!

Me gustaría explicártelo en esta carta que escribí hace tiempo para Mujeres del Nuevo Mundo.

Hace años tenía un trabajo en una multinacional, con un buen sueldo, un buen horario, un contrato indefinido.

Mucho más de lo que se podía esperar para mi edad en aquel entonces. Además, mi proyección en la empresa estaba asegurada. Ya había subido algunos escalones en muy poco tiempo y en breve podría escalar mucho más.

El sueño de cualquier mujer que pensara en tener estabilidad. Y no solo a nivel profesional me refiero. Por aquel entonces, tenía una pareja con la que llevaba unos 5 años y, lo típico, hablábamos de casarnos y tener hijos. Figúrate, tenía entonces 25 años.

Para algunas joven, para otras no tanto. Echando la vista atrás, ¡una pipiola!

Y un día, sentada en mi puesto de trabajo ¡se me cruzaron los cables! Una idea me vino a la cabeza. ¿Qué pasaría si dejara todo y me pusiera a hacer lo que siempre quise? Empecé a buscar en Internet cómo sería aquello de volver a estudiar, esa carrera que tenía en mi corazón. Una carrera que, a priori, no tenía salidas, ni buenos sueldos, ni nada parecido a lo que tenía por aquel entonces. Pero sí tenía algo que ninguna otra cosa me podía dar: CORAZÓN.

Ese impulso era el llamado de mi corazón Hablé con mi familia, mi pareja, mi jefe… y allí lo dejé todo. Todo por seguir mi sueño. Tenía algunos ahorrillos, pero no me daría para mucho. No me importaba.

Cumplí mi meta, acabé con el palmarés muy alto en ese mundo, aunque si te digo la verdad trabajé duro, muy duro, pero también lo disfruté muchísimo. Trabajaba en verano en lo que salía y estudiaba durante el curso de manera intensiva, a veces también trabajaba al mismo tiempo.

Una de mis pasiones y mis impulsos del corazón se había cumplido. ¡Feliz! Después de todo, ese mundo se acabó. No por decisión propia. Simplemente el Universo tenía otros planes para mi. Llegó la crisis del 2008 y desde entonces hasta que lo dejé, seis años después, sabía que no podría seguir en ese mundo apasionante cuando llegara el momento del siguiente paso.

¿Enfadada? ¿Arrepentida? Para nada. Agradecida por todo lo que aprendí y viví. Tocaba reinventarse. Para entonces ya no tenía pareja, ni los mismos amigos, ni muchas de las prioridades que tenía cuando comencé. Ahora quería vivir de manera diferente. ¡Quería mi libertad! con lo que eso supusiera, que a veces ni yo misma lo sabía.

Lo que sí tenía claro es que quería disfrutar de mi tiempo, sin un horario prefijado por nadie, sin un jefe que me dijera qué, cuándo o cómo hacer. Así que empecé una nueva vida, en una nueva ciudad, con una nueva pareja y, todo ello, amenizado por una nueva profesión dentro del emprendimiento. ¡Otro sueño a cumplir!

Hace cerca de 10 años de ello pero parece que ha pasado una vida entera desde entonces. Ya no soy la misma persona, ni tengo a mi lado a las mismas personas, he cambiado mi emprendimiento varias veces ajustándolo a quien soy en cada momento y a lo que me requieren las personas que se acercan a mi pidiéndome ayuda. Ahora acompaño a mujeres que quieren cumplir sus sueños.

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